domingo, 16 de agosto de 2015

Lo que pasa y lo que pasará





Suplica ardiente a los Santos Ángeles

Dios Uno y Trino, Omnipotente y Eterno! ¡ Antes de conjurar a Tus siervos, los Santos Ángeles, para implorar su auxilio, nos postramos ante Tu presencia y te adoramos, Padre, Hijo y Espíritu Santo!

¡ Alabado seas y glorificado por toda la eternidad! ¡ Todos los Ángeles y los hombres que creaste Te adoren, Te amen y Te sirvan, Dios Santo, Fuerte, Inmortal ¡

Y Tú, oh María, Reina de todos los Ángeles, acepta benigna los ruegos que les dirigimos a tus siervos y preséntalos al Altísimo, tú, que eres la omnipotencia suplicante, la medianera de las gracias, a fin de que obtengamos gracia, salvación y auxilio!
Amén.

A vosotros, grandes y Santos Ángeles que Dios nos dio para nuestra protección y auxilio:
En nombre de Dios Uno y Trino, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos !
En nombre de la preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos !
Por el Santo Nombre de Jesús que todo lo puede,
Os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Por las llagas y heridas de Nuestros Señor Jesucristo,
os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos !
Por los martirios de nuestro Señor Jesucristo,
os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos !
Por la Santa Palabra de Dios, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
En nombre del amor que Dios tiene por nosotros,
Os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
En nombre de la fidelidad que Dios tiene con nosotros, os suplicamos
-¡ Apresuraos, socorrednos!
En nombre de la misericordia que Dios tiene con nosotros, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
En nombre de María, la Reina de cielos y tierra, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
En nombre de María, vuestra Reina y Señora, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
En nombre de María, Madre de Dios y Madre nuestra, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Por vuestra propia bienaventuranza, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Por vuestra propia fidelidad, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Por vuestra lucha a favor del Reino de Dios, os suplicamos,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Os lo suplicamos:
-¡ Protegednos con vuestro escudo!
Os lo suplicamos:
-¡ Defendednos con vuestro espada!
Os lo suplicamos:
-¡ Iluminadnos con vuestro luz!
Os lo suplicamos:
-¡ Salvadnos bajo el manto protector de María!
Os lo suplicamos:
-¡ Guardadnos en el Corazón de María!
Os lo suplicamos:
-¡ Confiadnos a las manos de María!
Os lo suplicamos:
-¡ Mostradnos el camino que nos lleva a la puerta de la vida: el Corazón abierto de Nuestro Señor!
Os lo suplicamos:
-¡ Conducidnos con seguridad a la Casa del Padre Celestial!
Vosotros, Nueve Coros de los Espíritus Bienaventurados,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Vosotros, compañeros especiales que Dios nos dio,
-¡ Apresuraos, socorrednos!
Os suplicamos: -¡ apresuraos, socorrednos!
La Sangre Preciosísima de Nuestro Señor y rey se ha derramado por nosotros.
Os suplicamos: -¡ apresuraos, socorrednos!
El Corazón de Nuestro Señor y rey late amorosamente por nosotros.
Os suplicamos: -¡ apresuraos, socorrednos!
El Corazón Inmaculado de María, la Virgen Purísima, vuestra reina, palpita amorosamente por nosotros.
Os suplicamos: -¡ apresuraos, socorrednos!

Arcángel San Miguel

Príncipe de los Ejércitos Celestiales, vencedor del dragón infernal; recibiste de Dios la fuerza y el poder para aniquilar, por la humildad, la soberbia del príncipe de las tinieblas.
Te suplicamos insistentemente nos alcance la verdadera humildad de corazón, la fidelidad inquebrantable para cumplir siempre la voluntad de Dios y fortaleza en el sufrimiento y en la prueba. Socórrenos para no desfallecer ante el trono de la justicia de Dios.

Arcángel San Gabriel

Ángel de la Encarnación, fiel mensajero de Dios, abre nuestros oídos para que estén atentos a las más leves advertencias y toques del Corazón de nuestro Señor.
Permanece siempre juntos a nosotros, te suplicamos, para que comprendamos debidamente la Palabra de dios, la sigamos y obedezcamos y cumplamos dócilmente aquello que Dios quiere de nosotros. Haz que estemos siempre disponibles y vigilantes para que el señor, cuando llegue, no nos encuentre dormidos.

Arcángel San Rafael

¡Tú que eres lanza y bálsamo del amor de Dios, hiere, te suplicamos, nuestro corazón con el Amor ardiente de dios.
Deja que nunca sane esta herida, para que perseveremos cada día en el camino de la caridad y que todo venzamos por el amor.

¡ Ayúdanos, santos y poderosos hermanos, siervos ante Dios !

-Defendednos de nosotros mismos, de nuestra cobardía y tibieza, de nuestro egoísmo y ambición, de nuestra envidia y desconfianza, de nuestras ansias de riqueza, bienestar y fama.
-Desatadnos de las cadenas del pecado y del apego a las cosas temporales.
-Quitadnos las vendas de los ojos, que nosotros mismos nos pusimos, para no tener que ver las necesidades de nuestro alrededor y poder así tranquilamente, ocuparnos y compadecernos de nosotros.
- Traspasad nuestro corazón con la Santa Ansiedad de Dios, para que no dejemos de buscarlo con ardor, contrición y amor.
-Contemplad la Sangre del señor derramada por nuestra causa.
-Contemplad las lágrimas de vuestra Reina derramadas por nuestra causa.
-Contemplad en nosotros la imagen de Dios, desfigurada por nuestros pecados, que Él por amor imprimió en nuestra alma.
-Ayudadnos a conocer, adorar, amar y servir a Dios.
-Ayudadnos en el combate contra el poder de las tinieblas que sutilmente nos rodea y acecha.
-Ayúdanos para que ninguno se pierda y un día estemos reunidos en la eterna bienaventuranza!
Amén

Durante la novena, rezamos por la mañana la Súplica ardiente y a lo largo del día, invocamos a menudo a los Santos Angeles:

San Miguel, asístenos con tus Santos Ángeles,
-¡ Ayúdanos y ruega por nosotros.
San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles,
-¡ Ayúdanos y ruega por nosotros.
San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles,
-¡ Ayúdanos y ruega por nosotros.

Salmo 35



1.Ataca, Señor, a los que me atacan, combate a los que me combaten.

2.Ponte la armadura, toma el escudo, y te levantas para venir a socorrerme.

3.Blandes la lanza y el hacha contra mis perseguidores, y a mí me dices: "¡Yo soy tu salvación!"

4.Que sean humillados y fracasen los que quieren mi vida, que retrocedan y sean confundidos los que rumian mi desgracia.

5.Que sean como pelusa al viento, acosados por el ángel del Señor.

6.Que su camino sea oscuro y resbaladizo, perseguidos por el ángel del Señor.

7.Sin motivo me tendieron una trampa, y cavaron una fosa para mí.

8.Que sin aviso venga sobre ellos la ruina, que queden atrapados en su trampa y caigan en su fosa.

9.Y mi alma se alegrará en el Señor, muy contenta con su intervención.

10.Todo mi ser exclamará: " Señor, ¿quién hay como tú, que libras al débil de la mano del fuerte, y al pobre y al pequeño del que los despoja?"

11.Falsos testigos se levantan en mi contra, me interrogan por cosas que yo ignoro;

12.me devuelven mal por bien, y me miran cómo me debato.

13.Pero yo, cuando se enfermaban, me vestía de saco, ayunaba, hacía penitencia, y no cesaba de rezar por ellos.

14.Caminaba sin rumbo como por un amigo o un hermano, me curvaba de tristeza como quien llora a su madre.

15.Pero en cuanto caí, se alegraron y se juntaron todos contra mí como extranjeros o desconocidos.

16.Sin cesar me desgarran esos hipócritas, burlándose de mí continuamente y rechinando contra mí los dientes.

17.Señor, ¿te quedarás mirando? Rescátame de los leones rugientes, pues no tengo sino una vida.

18.Te daré gracias en la gran asamblea, te alabaré cuando esté todo el pueblo.

19.Que no se rían los que me odian sin razón, ni se guiñen el ojo, pues no tienen excusas.

20.Esa gente no quiere la paz para los pacíficos del país; siniestros planes han maquinado

21.y hablan abiertamente contra mí: "¡Sí, sí", dicen, "nosotros lo hemos visto!"

22.Tú, Señor, que lo has visto, no te quedes callado, ¡no te apartes de mí, Señor!

23.Despiértate y levántate, que es tiempo de juzgar. Señor, Dios mío, toma mi defensa.

24.Júzgame, Señor, tú que eres justo, y que no puedan reírse de mí,

25.ni digan: "¡Salió tal como queríamos, al fin lo hemos devorado!"

26.Queden avergonzados y humillados, todos los que se ríen de mi desgracia. Queden cubiertos de infamia y de desprecio los que se alzan contra mí.

27.Ríanse y alégrense los que creen en mis derechos, y que puedan decir siempre: "¡Grande es el Señor, pues supo defender a su servidor!"

28.Yo les diré que tú eres justo, todo el día te alabaré.


Oración de la Sangre de Cristo



Señor Jesús, en tu nombre y con
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales
el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos toda potestad destructora en
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas
de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen
acompañada de San Miguel, San Gabriel,
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan
(nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas,
objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos
a estar este día, y las personas, empresas
o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual,
los negocios de toda nuestra familia,
y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte
que habremos de utilizar.

Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas
hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.

Amén.

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